lunes, 8 de febrero de 2016

Leyenda, Mito y Fábula de Venezuela.

Leyenda Guayanesa. (Omar)
Las Sirenas del Orinoco
Pescadores ribereños sustentan la creencia de que en el Orinoco hay Sirenas. En la desembocadura del río Caris en el Orinoco, cerca de Soledad, existe una de esas sirenas conocida como “la Carona” y en el Alto Orinoco son las toninas que se transforman en Sirenas para seducir a los navegantes.
A los pescadores que les caen en gracia, La Carona los obsequia con una buena pesca y los que no, los espanta con borbollones y batiéndoles la curiara. Un pescador de apellido Tortoledo murió del susto que le dio La Carona cuando lanzó su canoa desde el Orinoco hasta la garganta del Caris.
Vicente Reyes, quien vive en La Encaramada, contó haber mejorado su suerte con la Carona al descubrir que a esta nereida del Orinoco le gustaba el Anís, licor muy dulce. De manera que cada vez que iba de pesca le rociaba su traguito. Entonces la pesca de lau-lau y morocoto se le daba de maravilla.
En el Alto Orinoco creen que en las profundidades de ríos y lagunas de la región del Amazonas existen ciudades encantadas que los autóctonos distinguen con el nombre de Temendagui, perteneciente al reino de Máwari y que cuando un pescador llega a los lugares de pesca y no puede apartar de su mente a la mujer amada, lo más probable es que una tonina se transfigure en ella, lo seduzca y lo lleve hasta la ciudad encantada.

Leyenda Guayanesa. (Anna, Victoria y María Valentina)
Monstruo de las Siete Cabezas.
Relato antiguo según el cual la Piedra del Medio, ubicada en la angostura del río Orinoco estaba sostenida sobre una gigantesca serpiente de siete cabezas. Se dice que cada una de las cabezas del monstruo reposa en un punto estratégico del Casco Histórico de Ciudad Bolívar. A las cabezas les eran atribuidas siete muertes misteriosas que solían ocurrir algunas noches en diferentes sitios de la ciudad, a la misma hora y bajo las mismas circunstancias. En ese tiempo los antiguos pobladores daban por cierta esta leyenda. Otros contaban que son siete túneles construidos en diferentes lugares, que aprovechaban los realistas para matar a los rebeldes, luego ellos mismos se encargaban de correr el rumor y atribuir los asesinatos al Monstruo de las Siete Cabezas.

Mito Guayanés.
El Sol y el Árbol de la vida (Omar)
Los Tamanacos constituían un pueblo indígena habitantes del Municipio Cedeño, que también se creen hijos de la Palma Moriche  al igual  que a los Waraos. Tanto para los Tamanacos como para los Panare y los Waraos, la palma Moriche es algo así como el “Árbol de la vida”, pues le proporciona la yuruma que les sirve para la elaboración del pan casero; tablas para el piso de los refugios palustres; gordos gusanos ricos en proteínas; el mojobo o vino para la mesa; el carato de la fruta que endulzan con miel de abeja; cuerdas de cogollo para cabullas y chinchorros.
Los Panare, tan penetrados hoy por religiones de distintos signos, asimilan a Cristo en la figura del Chamán. El Chamán, de vuelos mágicos ayudado por el yopo, lo sabe todo, lo cura todo y es el protector de la comunidad.
Generalmente, en la cosmogonía Caribe es frecuente atribuir su finitud o vejez que es el fin de la vida, a una falta pecaminosa de alguno de los miembros de la comunidad. En los Tamanacos es la anciana incrédula que le echa a perder la vida eterna a la comunidad. En la sociedad Taulipangs, es también “El sol” (Uei) que es una deidad, tiene hijas y desea que una de ellas se case con un Taulipangs y así se lo exige después de haberlo salvado de una isla abandonada cubierta de estiércol de zamuro; pero éste, de nombre Acalepiyeima, tras haber accedido cae en las redes en una de las hermosas hijas del Rey Zamuro. Colérico Uei, le dijo: “Si hubieras seguido mi consejo y casado con una de mis hijas, habrías quedado como yo, siempre joven y radiante. Ahora tú y tu tribu sólo lo serán por corto tiempo y después viejos y extraviados en la oscuridad”. Los indios Taulipangs culpan a Acalapiyeima de haber sacrificado por amor el privilegio de ser eternamente jóvenes y radiantes como el Sol.

Mito Guayanés.
Amalivacá creador del Orinoco (Anna, Victoria y María Valentina)
Según el mito, el Orinoco fue una consecuencia del Diluvio durante cuarenta días con sus noches.
En ese lapso, las aguas incesantes lo sepultaron todo sobre la faz de la Tierra y sólo sobre las superficies flotaba al garete una palmera Moriche a la que agarrados estaban un hombre y una mujer, se detuvo en la cima del Cerro Tamanacú. Allí, a salvo, la pareja sembró la palmera que le proporcionó todo lo necesario para sobrevivir hasta que descendieran las aguas como, en efecto, descendieron por gracia de Amalivacá.
Amalivacá, dios enigmático, de contextura atlética suavizada por frondosa barba y cabellera blanca, casi del mismo color de su túnica, les dijo ser su padre y haberlos salvado para asegurar la permanencia de la vida humana sobre la tierra. Por ese motivo los invitó a crecer y multiplicarse y cuando se despidió de ellos las aguas comenzaron a descender.
Después de un tiempo largo, Amalivacá regresó en compañía de su hermano Vocci y dos hijas, con el propósito de perfeccionar la vida en la tierra. Fue cuando concibió la idea de crear al Orinoco para que la floreciente nación pudiera comunicarse con toda la Geografía.
Amalivacá vivió entre los Tamanacos largo tiempo en el sitio denominado Maitata. Un día Amalivacá decidió regresar al otro lado del mar de donde había venido y ya listo en su canoa para el largo viaje, quiso obsequiarle a su pueblo vida eterna con estas solemnes palabras: “Uopicachetpe mapicatechi”, que para los tamanacos significaba que tendrían una vida eterna. Más, cuando una anciana, incrédula se burló del dios y éste indignado rectificó diciendo “pues entonces habrán de morir” Desde aquel momento, los Tamanacos atribuían la culpabilidad de su finitud a la abuela incrédula que pretendió burlarse de Amalivacá. 


FÁBULAS.
JUANILIA Y LA LUNA (Anna, Victoria y María Valentina)
En los llanos de Apure existe una comunidad de luciérnagas legendarias que vivían en un árbol del llano llamado “Merecure”.
Cuenta alguna gente del llano que la luz es maravillosa. Entre ellas las de una pequeña luciérnaga del merecure, que se llamaba Juana Cecilia de la Luz, pero todos la llamaban Juanilia.
A Juanilia no le gustaba salir a divertirse. Cuando todos salían a alumbrar, la chillona Juanilia hacía un escándalo, les decía que no quería salir y se encerraba en su cuarto.
Una noche, la abuela le preguntó preocupada por qué no quería ir a brillar y la pequeña le dijo que lo le gustaba volar.  Realmente era que le daba pena porque era muy chiquita y nunca iba a poder brillar tanto como la luna.
La abuela le dijo que a pesar que la luna se ven tan linda siempre sale solita, un día brilla porque el sol le presta su luz, pero otros no aparece. Sin embargo,  ella siendo una linda luciérnaga siempre podía brillar con la misma fuerza.
Junilia se contentó porque entendió que tenía más ventajas que la luna y hasta sintió un poco de lástima por ella. Desde entonces se anima a volar en las noches celebrando que siempre brilla con luz propia.
 Moraleja: siempre valora tus atributos porque te hacen especial ante los otros.

Fábula el Ciervo, el Manantial y el León (Omar)
El ciervo se acercó al manantial a tomar un poco de agua. Cuando terminó de beber, se percato de su reflejo en el agua y veía como sus grandes y hermosos cuernos resaltaban, mientras sus piernas se veían delgadas y flácidas.
   Mientras veía su reflejo, apareció un fuerte león que comenzó a perseguirlo. Gracias a sus piernas, el ciervo pudo escapar del león cuando huía por una parte llana. En cuanto llego al bosque, los grandes cuernos del ciervo se atoraron con las ramas y el león pudo atraparlo. Ya agonizando y cerca de morir, el siervo dijo:
"Yo triste por mis delgadas piernas, fueron las que me permitían salvarme. Mientras que feliz y orgulloso por mis cuernos, que fueron los que terminaron traicionándome, ¡que ironía!"
Moraleja: En ocasiones terminas recibiendo ayuda de las personas que menos esperamos, y esas en las que tanto confiamos y nos están adulando constantemente terminar traicionándonos.



V.A
-Describe las características del mito. 
1. Cargados de historias que explican el origen del universo, que han sido inventadas por los pueblos primitivos.
2. Sus temas se enfocan hacia las luchas de un dios o una diosa para liberar el sol, la luna, crear lagos, regular los vientos, etc.
3. Narración de hechos fantásticos, protagonizados por dioses, magos, héroes que se daban por ciertos.
4. Se han transmitido de una generación a otra, que han sido recogidos en forma escrita por escritores, antropólogos e investigadores.
-Características de la Leyenda
1. Historias populares que se transmiten de generación en generación de forma oral.
2. Han sido originadas a partir de un acontecimiento o personajes que aparecieron en la realidad, pero las sociedades le han agregado elementos imaginarios.
3. Son historias en las que cree una sociedad.
4. Sus temas principales son: los santos, los hombres lobo, los fantasmas y seres sobrenaturales.
-Describe las características de la fábula
1. Narración breve escrita en prosa o verso.
2. Tienen una enseñanza o moraleja que puede estar explicada al final o debe analizarse.
3. Los personajes son humanos, o bien pueden ser animales u objetos que hablan y actúan como personas, dando ejemplo de sus malas o buenas acciones.

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